Cuando se inicia el recambio dental, entre los 7 y 9 años, que es cuando empiezan a salir los incisivos y los molares, es un motivo de consulta muy frecuente la diferencia de coloración. Al comparar la salida del diente con los de leche, muchas mamis nos dicen que sus hijos tienen los dientes amarillos, Y ES VERDAD! ya que los dientes de leche, como indica su nombre, son muy blancos.
En este momento lo que debemos hacer es mejorar los hábitos de limpieza y enseñar a los niños a cepillarse muy bien, porque a menudo la placa bacteriana se tiñe y da un tono amarillento al diente. Porque además, independientemente del color de los dientes, sabemos que a estas edades los niños se cepillan los dientes un poco regular.
En las Clínicas Paloma Tortosa, para establecer estos hábitos, recomendamos el uso de chivatos dentales que van genial para controlar que se ha eliminado totalmente la placa bacteriana tras el cepillado y además hacemos clases de cepillado. Damos trucos, introducimos la música como apoyo, para ayudar a establecer una rutina y con el objetivo de que al final aprendan a cepillarse super bien y tengan 0 placa bacteriana.
Por tanto, en niños no se recomienda hacer blanqueamiento, porque el esmalte es muy tierno y muy joven y hay que dejarlo madurar.
Hipomineralización
También con la salida de los dientes permanentes aparecen manchas en los incisivos que se llaman hipomineralización y este es otro motivo habitual de consulta.
Los dientes de por sí son más sensibles por estas manchas, manchas que no se van. Cuando los pacientes se hacen más mayores estas manchas pueden disimularse un poco o en ocasiones acentuarse. En algún momento hay que tratarla pero son técnicas más invasivas, que no tienen nada que ver con el blanqueamiento, porque hay que quitar la mancha y colocar un producto estético para que desaparezca totalmente.